Una de las claves, para empezar a abrazar tu alta sensibilidad y sentirte bien con quién eres, es ser consciente de tus pensamientos y del modo en cómo te hablas.
Si hay algo que nos caracteriza a las personas altamente sensibles es, sin duda, nuestra forma tan profunda de pensamiento. Somos capaces de reflexionar y analizar intensamente nuestras propias experiencias, sentimientos, emociones, incluso ideas o cualquier aspecto a nuestro alrededor que nos haya llamado la atención.
Toda esta profundidad de procesamiento en nuestro pensamiento provoca que, las PAS, tengamos una rica vida interior. Algo bueno para facilitarnos el autoconocimiento y responder a preguntas existenciales que nos hacen estar conectadas a la vida.
Aunque, por otro lado, esta capacidad para analizar también puede llevarnos a un intenso diálogo interior en el que surjan dudas sobre nuestra forma de ser y experimentar el mundo, provocando –en ocasiones– el rechazo de ser como una es. En definitiva, a no aceptar el rasgo PAS.
Me gustaría invitarte a reflexionar en el modo en cómo te hablas para poder ser consciente de que, si tienes una mirada positiva y comprensiva hacia ti, podrás empezar a abrazar tu alta sensibilidad.
Cómo te sientes cuando te hablas de un modo negativo
La mente PAS es muy viva, activa y tremendamente reflexiva. Esta combinación de actividad mental llega a causar tal saturación que acaba por transformarse en cansancio, bajada de energía, malestar físico o dificultad para concentrarse. Una serie de efectos negativos que dificultan el día a día de cualquier PAS.
Así que, cuando no eres consciente de tu rasgo, de lo que implica en tu vida, de cómo te afecta, transformas tu incomprensión en negación. No deseas ser así y concentras tu atención únicamente en la parte que más te incomoda de tu alta sensibilidad.
La rechazas y, con este rechazo, entras en un bucle de pensamientos en los que el modo en cómo te hablas acaba por crear una realidad acorde a tu negatividad.
Te sientes frustrada porque no entiendes que puedas experimentar el mundo de un modo tan diferente a los demás. Te preguntas continuamente porqué te emocionas tanto con cualquier cosa, porqué te irritas tanto ante una injusticia, porqué te cansas antes que los demás sin apenas haber hecho nada, porqué te sienta mal el estar rodeada de tanta gente…
Cuestionas cada una de las sombras de tu rasgo. Y toda esa maraña mental intentas compensarla con recuerdos de momentos que hicieron sentirte feliz y a gusto. Rescatas experiencias que permanecen tan vivas dentro de ti como si fueran agua cristalina.
Y eso también es parte de tu rasgo. Tener la capacidad de revivir instantes con una claridad que parece como si estuvieras viviéndolos en este momento: ese paseo adornado con un paisaje lleno de color, ese reencuentro con una amistad que conociste hace tiempo, esa sensación de plenitud cuando hiciste esa escapada tan esperada…
Aunque llevado a un extremo, lo que intentas hacer es esconder tu presente para evitar enfrentarte a esa parte de ti que no aceptas. Te hablas de un modo negativo, convenciéndote de que tu forma de ser es «equivocada» y que nunca podrás ser como los demás.
Rehúyes de la acción para permanecer en la queja, en la comodidad de una realidad que te es cómoda como la de esos recuerdos de momentos positivos.
Cómo cambiar el modo en cómo te hablas para abrazar tu alta sensibilidad
¿Sabías que la forma en cómo te hablas hace que crees tu realidad? Sí, amiga sensible. Es hora de que empieces a quererte, a aceptar que tu forma de experimentar el mundo es increíblemente maravillosa. A pesar de sus sombras, de todo aquello que hace que, tu día a día, sea algo más complicado que a los demás.
Porque la alta sensibilidad, también tiene un lado de luz. Vivir lo que te rodea intensamente, saber como se siente la persona que tienes delante solo con mirarla, transmitir amabilidad y comprensión, percibir mil y una sensaciones, disfrutar enormemente de tu soledad, de tu creatividad…
Y para lograr este cambio debes conocerte, aprender a reconocer tu alta sensibilidad en ti, sus características y saber gestionar esos momentos más molestos y que perjudican tu rutina diaria. Solo así empezarás a verte con otros ojos y a darte cuenta de que, para quererte, tienes que aceptarte tal y como eres.
Conocerte te llevará a ser consciente del momento presente y de cuándo estás anclándote a ciertos pensamientos o sensaciones. De este modo sabrás cuándo tienes que parar para sentirte más calmada.
Es momento de ponerse en acción y cambiar el modo en cómo te hablas. Te permitirá sentirte bien contigo misma y a disfrutar de una mejor autoestima.
¿No te parece buen motivo para empezar a abrazar tu alta sensibilidad y vivir disfrutando de quién eres?
Si necesitas aprender a conocerte y a gestionar las sombras de tu rasgo para vivir una vida de disfrute y calma, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Solicita un encuentro virtual gratuito con mi «Café entre amigas« o envíame un WhatsApp para explicarme tu situación.
Juntas trabajaremos en construir una vida en equilibrio donde puedas conectar con tu alta sensibilidad y sentir la calma de ser quién eres.
Hola.
Hola Gelin!! Espero que te haya gustado la publicación y te haya sido de utlidad ☺️ Un saludo!!