Me gusta aterrizar mis pensamientos, observarlos y meditarlos, en especial en días como los de hoy, en los que la neblina, las gotas sostenidas en el aire y el frío, me hacen querer estar sumergida bajo el calor de mi manta preferida.
Pero lo dejo para luego. Ahora, con una taza de té bien calentita acompañándome al lado del teclado, voy a intentar inspirarme para escribir lo que será la última publicación de mi blog de este año.
Y empiezo este post, lanzando una pregunta al aire, esperando que la cojas al vuelo y te la hagas tuya durante unos instantes de reflexión: ¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje de este 2021?
Sin duda, estas fechas son un momento ideal para hacer balance de lo vivido en los últimos doce meses, para echar la vista atrás y enfrentarte a todo lo bueno y todo aquello que no lo ha sido tanto.
Por mi parte, intento sacar cosas positivas aunque te confieso que, tiempo atrás, tendía a recrearme más en lo negativo y no en lo que me había aportado.
Y es que de todo se aprende: de lo bueno y de lo malo, de nuestra actitud positiva o negativa, de nuestros triunfos y, también, de nuestros traspiés.
En lo profesional me siento agradecida y motivada. Un año que me ha vuelto a ilusionar con todo lo que puedo aportar, teniendo más claro que nunca, que quién me inspira y, a quién deseo enormemente ayudar es, a otras mujeres altamente sensibles.
Aunque, mi mayor aprendizaje de este año, ha sido a nivel personal. Darme cuenta de que la vida te trae mazazos dolorosos cuando menos te los esperas y que hay que integrarlos con naturalidad.
Algo que, desde mi alta sensibilidad, solía evitar construyendo una coraza para bloquear emociones y alejarme del dolor.
Hace tiempo que aprendí a respetar mi parte más sensible, siendo consciente de que los momentos de gran emocionalidad forman parte del rasgo y que, si aparecen, no tengo que ocultarlas sino reconocerlas y comprenderlas.
Y este año me gradué en emociones, en dejarlas fluir y sentirlas sin miedo, abrazándolas…
No hay nada que pueda compensar una pérdida… nada que pueda deshacer la tristeza y el dolor por alguien que lo fue todo, incluso sin ser ella en estos últimos años, y que ahora se fue… Una despedida como a ella le hubiese gustado… en la inmensidad del mar bajo la luz de un maravilloso amanecer… un adiós a mi mami…
Este ha sido mi año. Como si hubiese comprado una vuelta infinita a una montaña rusa emocional que no quería parar y en la que, estos últimos meses, me ha hecho querer estar, más que nunca, dentro de mi cuevita en soledad… algo tan PAS…
He sido consciente, ahora más que nunca, de cómo toda esa emocionalidad me ha permitido sentir mis emociones sin límites, abrazando mi alta sensibilidad sin culpa y desde la calma. Aceptando que la vida es como es y que estamos aquí para vivir cada minuto de ella, disfrutando de quienes somos, de quién tenemos a nuestro lado, de lo que tenemos.
Ahora te invito a que reflexiones, de que te preguntes cuál ha sido tu mayor aprendizaje de este año 2021, de que tomes consciencia de cómo lo has vivido, de qué te ha aportado, de qué te ha quitado, de qué has aprendido de tu alta sensibilidad, de qué has hecho diferente.
Para un momento y descansa… haz esa pausa tan reconfortante para tu energía PAS y regálate tu espacio de soledad que tanto necesitas. Se trata de que estés contigo, con tus pensamientos y reflexiones, con tu mirada hacia dentro de ti para observarte…
Es momento de pensar, retroceder en el tiempo y caminar sobre tus propios pasos para reconocer cómo has convivido con tu alta sensibilidad y qué aprendizaje has obtenido.
Quizás tengas la sensación de que todo ha sido igual y de que no ha surgido ningún cambio en tu vida que valga la pena destacar. Te puedo asegurar que, si buscas bien lo encontrarás, por muy pequeño que sea. ¿Qué sientes diferente en ti?
Puede ser que por fin hayas logrado gestionar algunos de los momentos incómodos de tu alta sensibilidad o que hayas empezado a darte cuenta de la importancia de poner límites a tu gran empatía.
Un aprendizaje que te llevará a seguir adelante con más fuerza y positividad ¡palabra de PAS!
Amiga sensible, espero de corazón que este 2021 te haya aportado cosas buenas en tu vida y que hayas disfrutado, aunque sea solo un poquito, de tu alta sensibilidad.
Te deseo unas felices y maravillosas fiestas (aunque tengas algo de espíritu Grinch como yo) y una entrada de año llena de ilusión
¡Deseando leer en los comentarios cuál ha sido tu aprendizaje de este 2021!