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Hace unos días me di cuenta de que se habían cumplido tres años de mi primera publicación en el blog. ¡Cómo pasa el tiempo! “Recuerdos de una expat” era el nombre del blog y nació a raíz de mi necesidad de expresar lo que significó para mí la vida de una madre expatriada.

¿Y por qué te cuento esto? porque fue el pistoletazo de salida para dar forma a lo que, tiempo después, sería mi reinvención como mujer tras la maternidad. Creo que escribir me permitió darme cuenta de que podía atreverme a mucho más y de que estar escondida detrás de mis inseguridades no hacía más que sumergirme en una especie de ola de desmotivación.

Así que eché mano de todo lo bueno que tenía a mi alrededor y, con el empujoncito de una de mis personas favoritas, de uno de mis pilares, logré lanzarme al vacío con pirueta incluida. ¡Me atreví a escribir y encima a publicarlo en un blog!.

En más de una ocasión te he contado de la importancia de tener a personas a tu alrededor que te aporten, te hagan brillar y signifiquen un punto de apoyo en tu vida. Son esas personas que te empujan a dar lo mejor de ti.

La verdad es que, alguna que otra vez, hago el ejercicio de imaginar la ausencia de alguna de ellas en mi vida y de recrear esos momentos en los que me sentía perdida y no sabía encontrar mi rumbo. Y te tengo que confesar que me resulta tremendamente incierto pensar cómo sería mi vida ahora.

Aunque si algo he aprendido es a no recrearme en pensamientos hipotéticos de lo que sí o de lo que no hubiera pasado. Ni siquiera de si hubiese sido mejor o peor. Un buen consejo que te puedo dar en tu inicio de reinvención o emprendimiento: aceptar tu camino.

Tal y como lo has vivido y has experimentado es el mejor aprendizaje que puedes hacer. Te aportará una mayor amplitud de miras cuando te encuentres en situaciones parecidas. Sabrás adoptar la mejor solución en función de lo que sí hiciste bien durante el pasado y de lo que no deberías repetir o, al menos, hacer de forma diferente.

No te voy a engañar, esa reinvención personal tras la maternidad, vino precedida de dudas e incertidumbre, tras ser consciente de que mi rol como madre estaba cambiando. Mi hijo estaba creciendo y, toda esa dedicación durante años, iba cada vez haciéndose menos intensa, al mismo tiempo que iba aumentando –proporcionalmente– los momentos en los que no sabía qué hacer con mi tiempo.

Y el estar atenta a lo que me aportaban de un modo positivo –e inspiraban– esas personas que tenía cerca de mí, mis pilares, me hizo reflexionar y buscar nuevas opciones en mi vida que me llenaran y ocuparan los huecos que la maternidad me estaba dejando.

“Quiero hacer algo útil en el mundo”

Amelia Earhart

Quería cambiar, darle una vuelta a mi vida y no malgastarla con lamentaciones. Poco a poco fui tomando consciencia de qué era aquello que me gustaba, en lo que me atraía a la hora de leer o al informarme, en lo que veía y disfrutaba sin darme cuenta.

El desarrollo personal y, más concretamente el Coaching, fue una de esas pasiones que empezaron a crecer dentro de mí. Me permitió conocerme, gestionar mis emociones, aflorar mis miedos y aprender a manejarlos.  Y, también, me permitió descubrir cuál era mi propósito en la vida: ayudar a otras personas a ser felices con su vida.

Aunque te puedo asegurar que, si quieres empezar tu reinvención tras la maternidad, el primer paso que debes dar es tener la voluntad y el compromiso por cambiar.

De nada te sirve imaginarte cómo sería tu vida si no estás dispuesta a dar el paso, de ponerte en acción, de convertir tu sueño en realidad… tú realidad.

Es, en este momento, cuando surgen las dudas y los miedos, tus inseguridades. Años dedicados a la maternidad no ayudan a tener claro por dónde encaminar tu futuro. Y es que, entregarse en cuerpo y alma a la familia, sin tener en cuenta tu bienestar ni tus necesidades, acaba por alejarte de quién eres.

Toda esa experiencia de amor y de dedicación por la familia, por los hijos, es una etapa que siempre perdura – y perdurará– dentro de nosotras. Es inevitable. Nace en ti cuando te conviertes en madre y va creciendo hasta mimetizarse en quién eres ahora. Una madre comprometida y feliz con la crianza de sus hijos.

Pero esa madre comprometida –en ocasiones– va dejando paso a una mujer que no piensa en ella, ni en su bienestar, ni en su tiempo. Dedicación y compromiso por los demás ¿y para ti? Nada o, más bien, poco y, además, con pensamientos de culpabilidad.

Cambiar esa tendencia requiere modificar tu forma de pensar, de ver la realidad desde otra perspectiva que te haga sentir valiosa como mujer, además de una maravillosa mamá.

“Todos nos transformaríamos si nos atreviéramos a ser lo que somos»

Marguerite Yourcenar

Se trata, en definitiva, de lograr encontrar el equilibrio entre ser madre y mujer, de sentir que tu vida se balancea de un modo equitativo entre todo lo bueno que te aporta tu maternidad y el tiempo que dispones para disfrutar de tus pasiones, inquietudes, ocio, relaciones y todo aquello que conforma tu universo como mujer.

Hacer realidad tu deseo reinvención tras la maternidad no es un modo de huir sino de volver a encontrar esa motivación que, poco a poco y sin darte cuenta, vas perdiendo a lo largo del tiempo. Por dar demasiado, por olvidarte de ti, o quizás, por la generosidad de restar de tu tiempo el que dedicas a los demás.

Es hora de comprometerte contigo misma, con tus ganas de cambiar hacia una vida que complete esos huecos que sientes, se están quedando vacíos.

Es hora de dar claridad a tus pasiones, a lo que despierta en ti momentos de satisfacción sin darte cuenta.

Es hora de despejar dudas y encontrar la verdadera motivación que te va a mover hacia el cambio, hacia tu reinvención.

Es hora de darte tiempo, de convertir ratitos en pequeños placeres y regalártelos porque te los mereces.

Es hora de dejar atrás miedos y limitaciones y aprender a superarlos.

Es hora de hacer realidad tu deseo de reinvención como mujer tras la maternidad.

Logré reinventarme, ser una madre con una vida plena y en equilibrio, encontrar mi pasión y mi propósito. Y eso es lo que deseo para ti. Que disfrutes de todo, de todos y de ti misma, sin temores, con confianza y con la seguridad de que puedes conseguirlo.

¿Cómo sientes tu maternidad en estos momentos? ¿Deseas reinventarte? Cuéntame, si te apetece, tu experiencia. ¡Me encantará leerte en los comentarios!

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