Ha sido un año difícil, incierto, de pocas alegrías… aunque de mucho aprendizaje. Y en eso estoy, en ir repasando cada uno de estos doce últimos meses y anotando todo lo que me ha enseñado este extraño año 2020.
Pero no quiero que este sea un post únicamente de lo que he sentido, sino que me gustaría que sirviese como reflexión para ti también. Que te inspire a darle valor a todo aquello que te ha sucedido, que has experimentado.
Yo le estoy dando vueltas a la idea de cuánto hemos tenido que adaptarnos en una sociedad acostumbrada a su rutina de siempre, a las prisas, a vivir en piloto automático, a planificar meses vista.
¡Y vaya si nos hemos adaptado! De nada sirve resistirse a algo que no está en nuestra mano cambiar. Aceptar la situación y seguir adelante ¿no te parece?
Sin duda ha sido un año para olvidar, sumergiéndonos en una llamada «nueva normalidad». Una normalidad a la que ya –sin darnos cuenta– le hemos eliminado la etiqueta de «nueva». Porque como siempre ha sucedido, las sociedades se amoldan y acaban por fluir con el cambio para seguir adelante y sobrevivir.
Creo que este año, más que nunca, he aplicado lo que un día me tatué en mi muñeca… “Carpe Diem” o lo que es lo mismo “Aprovecha el momento”.

Dicen que todo tatuaje tiene su significado, que cuando decides grabártelo en tu piel es porque deseas tener esa imagen de inspiración bien presente. Así lo hice yo hace unos años. Justo en un momento de mi vida en el que empezaba a sentir que algo estaba cambiando dentro de mi, que necesitaba vivir el presente con fuerza para empezar a ver mi futuro.
La verdad es que, este extraño año 2020, me ha enseñado que nuestra realidad puede cambiar en un suspiro, sin apenas darte cuenta.
Te quedas sin trabajo, pierdes a un ser querido, contraes una enfermedad que ni sabes como te va afectar… Tu mundo para… de golpe… sin previo aviso.
Y ahora miro ese tatuaje para no olvidarme de disfrutar cada uno de los días que me regala la vida.
He aprendido a no mantenerme en la tristeza, a pesar de que ha sido un año en el que la montaña rusa emocional ha hecho estragos. Quizás, por mi excesiva empatía, que en ocasiones me hace conectar y recoger el dolor de los demás como si tuviera un imán.
Siempre he disfrutado con el silencio, aunque este año hubo demasiado de un silencio que apenas tenía que ver con mis momentos de desconexión en mi rinconcito de soledad. Era una ausencia de rutina, de realidad a la que estábamos acostumbrados. Nada de coches en marcha, nada de jardineros cortando setos, nada de niños jugando en la calle…
Pero todo volvió a lo que era, o al menos a la vida en movimiento. Así que buscar un nuevo tipo de desconexión fue otra de las enseñanzas que me ofreció este año. Ya no encontraba inspiración en un silencio impuesto, sino que mi rincón de reflexión lo disfrutaba con todo lo contrario: los pequeños ruidos que llegaban del exterior. Curioso, ¿verdad?
Con esto quiero decirte que debes encontrar la forma de adaptarte a cada situación de cambio, de amoldarte a las nuevas experiencias, si es necesario, con unos nuevos hábitos o con acciones que te proporcionen la tranquilidad que buscas.
Como madre, aprendí a ver las fortalezas de mi hijo ante la nueva situación que estaba viviendo. Su admirable adaptación al cambio –como siempre ha hecho– y con la mejor actitud posible ¡Cuánto debemos aprender los mayores de los más pequeños!
Estamos a pocas horas de despedir este 2020. Espero que te haya hecho ser más fuerte, que te haya hecho ver la vida de otra manera, que te hayas dado cuenta de lo importante que es disfrutar con lo que tienes y con quienes te rodean.
Y para el 2021 te deseo que sigas aprendiendo más, mucho más. De ti, de quién eres, de lo que sientes, de tus emociones. Que tengas inspiración para crear, para motivarte con lo que te gusta o con lo que te mueve. Que encuentres tu para qué, tu propósito y avances en tu camino hacia la persona que quieres ser.
Mil gracias por estar ahí, leyéndome y dejándome formar parte de un ratito de tu tiempo, despidiendo juntas este extraño año 2020.
Si te apetece compartir conmigo lo que te ha enseñado este año, ¡no dudes en escribir en los comentarios!
¡Feliz Año 2021! Un año que espero te regale todo lo mejor.
Enhorabuena por tu aprendizaje continuo y por tu honestidad.
Para mí ha sido un año duro en muchos aspectos de mi vida, pero en todos y cada uno de ellos he salido ganando algo.
Así que, teniendo salud, he despedido el 2020 sintiendo haber hecho un buen trabajo.
Un abrazo y a por un 2021 lleno de experiencias positivas.
Laura.
Muchas gracias Laura!! Nunca hay que dejar de avanzar y, aunque en ocasiones parezca que una se queda estancada, es ahí donde debemos darle al botón de «pausa» y ver todos nuestros logros. Cuánto me alegro de todo lo que has conseguido este año y sobre todo, me quedo con tus sensaciones de haber hecho un buen trabajo. ¡¡El mejor feedback que puedes tener!! Felicidades amiga ¡y a por más en este 2021!!