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Es muy posible que, durante todas estas semanas de confinamiento, en algún momento te hayas sentido abrumada, colapsada, agobiada, sin energías y mil sensaciones más por tener que conciliar, en un único espacio vital, tus tareas laborales con –y no menos importante– tu rol de madre.

Porque no nos engañemos, ser madre es complicado, pero serlo de un modo que te sientas eficaz y sin estrés, es decir, sentir que puedes con todo, es algo que en algunos momentos parece titánico, sobre todo cuando se compagina con la faceta de mujer emprendedora.

El hogar se ha convertido en tu espacio de trabajo –si no lo era ya– y para tu hijo en su escuela. Así que, si ya hacías malabarismos para sobrellevar ambas facetas, ahora también te toca lidiar con la de profesora. Es decir, te has llevado un tres por uno y sin salir de casa.

Ante esta situación, es algo natural que te sientas frustrada y sin saber qué hacer para lograr revertir la situación, preguntándote en ciertos momentos, cuándo llegará el día en el que puedas ser capaz de volver a tomar el control de tu vida, de sentir que puedes con todo.

Ya te conté en mi anterior post, “Bienvenida al mundo online de tu hijo”, lo que suponía convertirse, de la noche a la mañana, en “mamá-profesora”. A las dificultades de tu día a día, se añadía el tener que aprender a manejarse en un entorno digital para poder supervisar y apoyar el buen progreso de tu hijo en su nuevo entorno escolar.

Es normal, por tanto, que hayas –o estés– experimentado una sensación de no poder llegar a todo, de ver tu vida transformada, de un día para otro, en una gran mochila pesada con la que moverse te resulte todo un mundo.

Y es aquí donde entran las dudas, las culpabilidades, las frustraciones, los “no puedo” con los que, seguramente estés dando forma a pensamientos de negatividad que te llevan a la desmotivación o, incluso, a sentir que no eres capaz de ser una mujer eficaz en cualquier ámbito de tu vida.

¿Qué quiero decir con ser eficaz? Ser una persona que logra realizar con éxito aquello que se ha marcado. Algo que, posiblemente, te resulte complicado de alcanzar mientras estás en casa ayudando a tu hijo con sus estudios online, al mismo tiempo que intentas sacar adelante el trabajo y te encargas, junto a tu pareja, de las tareas domésticas. Aunque aquí añadiría un punto extra a tu nivel de estrés, en el caso de que seas la única que se encarga de ellas.

No te juzgues

Con este cóctel frenético resulta difícil empezar cada mañana con un nivel de energía óptimo para afrontar tu día y sentir que puedes llevarlo a cabo. ¿Por qué? Porque, por desgracia, tenemos una mente tan caprichosa y adicta a generarnos películas dramáticas dentro de nuestra cabeza que acabamos por creer, por ejemplo, que somos malas madres o pésimas trabajadoras por no saber lidiar con todo este caos.

Así que, si hay algo importante que debes grabarte a fuego para comenzar a sentirte una madre y mujer emprendedora sin estrés –además de eficaz en tu día a día– es soltar ese sentimiento de culpabilidad por no ser “la madre-mujer-esposa diez que los demás esperan de ti”.

Este auto-juicio que realizas, sobre algo que crees que has hecho, acaba por mortificarte con hipotéticas certezas alrededor de tu conducta, dictándote pensamientos negativos tales como “soy mala madre”, “no soy capaz de hacer mi trabajo”, “todo lo hago mal”, etc.

Y ahora, te pregunto: ¿qué de cierto hay en esos pensamientos? ¿qué es para ti ser “mala madre”? ¿siempre lo haces todo mal? Tómate tu tiempo e Intenta reflexionar sobre ello.

Cambia el modo en cómo ves las cosas

Cambia el modo en cómo ves las cosas y piensa en los momentos en los que sí has ayudado a tu hijo, has estado ahí para él, le has enseñado y cuidado. Piensa en las ocasiones que has sido capaz de hacer tu trabajo y en las que te han salido las cosas como tú querías. Seguro que te surgen muchos momentos, es más, incluso seguro que son la inmensa mayoría de veces.

Entonces, ¿porqué centrarse en lo malo en lugar de en lo bueno? Quédate con lo que ya has hecho y aprende de esa experiencia para adaptarla a tu nueva situación.

Ciertamente, las circunstancias actuales no facilitan esa armonía y tranquilidad que deseas en todos los ámbitos de tu vida, pero sí puedes propiciar que algunos factores influyan positivamente en tu entorno.

Uno de ellos sería enfocarte dentro de lo que Steven Covey denominó círculo de influencia, es decir, aquello que depende de nosotros, de nuestras acciones. Sin duda, las preocupaciones pueden ocupar una parte importante de tu día a día, pero realizando un buen ejercicio de reflexión con cada una de ellas, lograrás centrarte en todo aquello que está en tu mano y descartar lo que queda fuera de tu control. ¿Cómo hacerlo? pregúntate: ¿qué puedo hacer ante esta situación? ¿depende de mí?

Céntrate en lo que estás haciendo

Otro aspecto esencial es el centrarte en lo que estás haciendo. No puedes estar en todo al mismo tiempo. Así que necesitas pararte un instante a pensar antes de actuar sin sentido. Ya sé que nuestro hijo es lo primero, ¡por supuesto!, pero ¿no crees que serás más efectiva si en el momento que te dedicas a él estás, cien por cien, realmente con él?

Es decir, has de estar presente y a lo que estás, despejando tu mente de aquello en lo que no te estás ocupando ahora. Si has organizado un horario para ayudar a tu hijo todas las mañanas, no pienses en el trabajo hasta que te pongas a ello. Procura mantener separados tu tiempo como madre de tu tiempo como mujer trabajadora (como si tuvieras tu oficina fuera de casa).

De igual modo, una vez que estás trabajando, debes mantener el foco en lo que estás haciendo, evitando todo tipo de distracciones: móvil, navegar por páginas webs porque te aburre lo que haces, ir a poner la lavadora cuando te has acordado. De igual modo, en la familia deben comprender que cuando es la hora de trabajar no estás disponible, a no ser que surja una urgencia, tipo «se está quemando la casa». ¡Establece límites!

Aprende a organizate de un modo efectivo

Te aconsejo, también, que pongas en práctica algún tipo de método de productividad / efectividad personal como pueden ser: Pomodoro, Time Boxing, Time Blocking o GTD (Getting Things Done), entre otros. En mi caso, llevo aplicando la metodología GTD desde hace unos meses y te puedo asegurar que el cambio en mi vida ha sido importante. Poniendo en práctica la efectividad personal, lograrás incorporar nuevos hábitos en el modo de organizarte, lo que te llevará a esa sensación de control que necesitas.

Es un bueno modo de cambiar de hábitos, algo que te servirá tanto para tu vida laboral como personal. Así que te animo a probar alguno de ellos. Estoy convencida que puede ser un primer paso para ¡sentir que puedes con todo!.

¿Cómo ha sido tu experiencia como madre-profesora y, a la vez, tener que trabajar en casa durante todo este tiempo?

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