Me gusta en ocasiones echar la mirada atrás, quizás para ver lo mucho que ha cambiado mi vida durante estos últimos años. Me siento feliz al ir repasando mentalmente lo mucho que he crecido como persona, como mujer.
Aprendiendo de experiencias pasadas, incorporando errores como enseñanzas que me aportan serenidad. Y en este ejercicio de reflexión de lo que es la línea de mi vida, me he dado cuenta de la suerte que he tenido con personas que llegaron a mi vida para hacerla mejor… son las que yo llamo personas únicas que nos hacen brillar.
¿Y por qué las llamo así? Sencillamente porque las sientes como un espejo dónde mirarte y te motivan a dar lo mejor de ti. Te van proporcionando gotitas de confianza con las cuales te nutres para ir rellenando esos huecos que dejaste vacíos al dejar de creer en ti. Son aquellas personas que sientes que suman en tu vida porque saben compartir, estar ahí, aportándote y haciéndote sentir que tú también puedes hacer lo que te propongas.
No siempre es fácil tener esta seguridad ni saber hacia dónde ir en tu vida porque existen momentos en ella en los que no te encuentras cómo persona, cómo mujer, cómo madre… Y es entonces cuando necesitas una guía para empezar a caminar o para impulsarte o para demostrarte que estás equivocada y que puedes lograr lo que te habías propuesto. Alguien que te haga brillar, que saque a la luz lo mucho que vales.
«En el mundo no hay más que un camino que sólo tú puedes recorrer: ¿A donde conduce? No preguntes, síguelo»
Nietzsche
Y aquí radica la importancia de tener estas personas mágicas a nuestro lado. Te das cuenta de que las excusas no valen, que lo que para ti es un agujero negro ellas lo convierten en oportunidades, en un mirar hacia delante. Tu pareja, una buena amiga, tu padre, tu madre, en el trabajo… solo tú puedes saber quién te aporta, quién te hace brillar.
Me viene a la cabeza la película “Ha nacido una estrella”, la reciente versión protagonizada por Lady Gaga y Bradley Cooper para ejemplificar lo grandioso que es el encontrarte en tu vida con una persona que te impulsa a creer en tu pasión, te reta a superarte, te hace brillar por lo que eres, por lo que puedes ofrecer.
Seguro que ahora mismo estarás pensando ¿y cómo voy a saber yo si tengo una a mi lado? La respuesta es fácil, lo sabes. Lo sabes porque cuando estás hablando con ella te das cuenta de que lo más característico es su positividad. Y es que ¡son pura positividad y energía!
Pero si con esta pista aún no sabes reconocerla, ahí van otras: son motivadoras, retadoras, creativas, creen en sí mismas y en su potencial, no tienen miedo a equivocarse porque lo ven como una oportunidad, son perseverantes y muy pero que muy decididas.
No me dirás que con todo esto no serías capaz de identificarlas. Lo importante es que no las dejes escapar porque te harán creer en tus posibilidades y se alegrarán por tus triunfos. Si quieres tener éxito por aquello que tanto deseas y has apostado, no lo dudes, fíjate en ellas, en cómo lograron hacer realidad lo que soñaban, en cómo consiguieron ser personas exitosas.
Y con exitosas no tienes por qué identificarlas sólo con un triunfo económico sino que también las debes relacionar con personas que han logrado alcanzar alguna de sus metas gracias a: la perseverancia y a la motivación, a no darse por vencidas aunque las cosas no salieran, a no tener miedo a empezar de nuevo, a aprender de los fracasos y a atreverse a salir de su propia zona de confort para adentrarse en nuevas oportunidades.
“El éxito está conectado a la acción. Las personas exitosas se mantienen en movimiento. Cometen errores, pero nunca abandonan”.
Conrad Hilton
En definitiva, ser una persona exitosa es ser una persona ambiciosa, segura de sí misma y sin miedo al fracaso que hará todo lo posible por hacer realidad lo que se ha propuesto.
La vida te guía por unos caminos desconocidos, llenos de incógnitas pero unos caminos que los eliges tú, con tus decisiones y con tus acciones. En ti está vivirlos con pasión o encerrada en tu burbuja de conformismo y seguridad.
Yo aprendí a vivir con pasión y no tener miedo a avanzar, a romper las barreras que impedían moverme, a conocerme para lograr ser quién quería ser o mejor dicho quién quiero ser ahora. Porque se trata de eso, de no conformarse, de seguir soñando, de marcarte más metas.
Me gusta quién soy, en quién me he reinventado como persona. Madre y mujer a partes iguales, con ganas de aprender y retarme con nuevos desafíos. Y sí, mis queridas personas que me hicieron brillar fueron mi referente para darme cuenta de que si ellas podían hacerlo ¿por qué yo no?
Te mentiría si te dijera que este cambio es fácil. Requiere esfuerzo, compromiso, desafío a lo que te limita, conocer tus fortalezas, voluntad para creer y desterrar pensamientos negativos. Hay que ponérselo complicado a nuestro lado saboteador aprendiendo a conocerse, a saber qué es lo que quieres, aquello que te motiva. Y sobre todo, tienes que empezar a quererte, y mucho.
Y cuando empiezas a dar ese pasito es cuando aparece, sin apreciarlo, tu persona o personas referente, brillando y esperando a hacerte brillar. Es lo mágico de nuestra mente que acaba por enfocar tu mirada y tu atención hacia lo que es más importante en tu vida en ese momento.
No siempre permanecerán a tu lado para siempre, incluso las habrá que sólo se cruzarán en tu camino para darte ese primer empujoncito y luego desaparecerán. Quizás sea el capricho de la vida, que lo mismo que te regala personas maravillosas también te las quita.
De todas aprendo, de las que ya no están porque decidieron no estar o porque nuestros caminos se separaron y de las que encontré y siguen a mi lado, inspirándome como el primer día.
Las vi brillar y me hicieron brillar y ahora mi deseo es ser también la luz para alguien más… para mi familia, para mis amistades, para mi hijo… para alguien que algún día se cruce en mi vida y necesite brillar…
¿Cómo te han ayudado en tu vida esas personas únicas? ¿Las tienes?
“Si no estás haciendo la vida de alguien mejor, estás perdiendo el tiempo. Tu vida mejora al hacer mejorar la vida de alguien más.”
Will Smith